viernes, 28 de octubre de 2011

El precio del amor es la bendición de Dios

Pensar en nobleza, en belleza, en las maravillas de la naturaleza y en niños jugando, en los gritos desesperados de madres dando a luz, en las primeras sonrisas de recién nacidos que nos iluminan con espíritu puro, en las glorias de los dioses quienes pensando organizaron este mundo en el que hoy estamos, al pensar en aspiraciones y metas logradas y otras por ocupar sus lugares mi alma reboza de la felicidad aspiradora; si al pensar en todo aquello en mi ciclo de vida y que existe un motor creador y motivador que se encarga de persuadirme y elevarme para llegar hacer como los dioses con quienes antes estuvimos juntos, si tú eres mi motivación, mi triunfo, mi gloria, mi delirio, mi paz, mi mente, mi princesa, mi canción, mi arte, mi libro, mi leyenda, mi mito hecho realidad, tu mi compañera eterna, aquella sombra que permanece aunque luz haya, si tú, que estas allí en los momentos temblorosos y estiras la mano cuando estoy dudando; si tú, mi almohada dispuesta a mojarse con llanto descontrolado, apagando el fuego que arde por actos no deseados, tu mi esperanza; si tú, que votas al enemigo y me mimas mientras estoy dormido, tú el silencio cuando existe ruido; si tú, mi lucha constante mis sueños punzantes gritando que linaje espera por un mundo mejor donde solo probados merecen el perdón; tu perdonas, yo juzgo, tu amas, yo medito, tu delegas, yo observo, tú me amas y yo estoy dispuesto a pagar el precio que sea por tu alma.



Hoy los cielos no son los de antes hoy los gritos no son constantes, los días no tienen el mismo color y las noches no muestran su dolor, dolor que antes existía penetrando los sueños ellos vivían, sueños que están en nosotros y no son de nosotros, son sueños que existen en el delirio y en el océano de tu memoria; este es mi año, esta es mi vida quererte a ti como nunca lo hecho en toda mi vida.



Gracias por estos diez meses junto a mi lado, gracias por enseñarme amar y estar enamorado, tu paciencia apagada todo dolor encendido, tu belleza tranquiliza toda pasión torcida, es que mi vida era tan diferentes antes que a ella llegues, hoy todo es felicidad al pasar por la esquina de aquella vecindad, eres el oro que precio no tiene, el diamante escondido, que me fue entregado por honores merecidos, eres la bendición que siempre he querido, pues el dinero y las riquezas quedan burladas a nuestro lado, sabiendo que el precio del amor es la bendición de Dios, y yo tengo el amor, hoy te encontré y no quiero separarme de ti por que encontré mi felicidad y la tuya, mi amor aunque luchen contra nosotros seguiremos unidos hasta llegar a los cielos y estar presentes ante huéspedes celestiales los cuales hablando pedirán aquel informe, por ello lo estamos preparando, limpio puro y deleitable ante cualquier vista, estaremos de la mano juntos tú y yo, sabiendo que hemos hecho convenio por la eternidad, ellos nos dejaran pasar, porque señal supimos dar.



Nos conocimos sin saber que nos antes éramos amigos….

lunes, 3 de octubre de 2011

Conocimiento

Hoy estuve leyendo que el conocimiento es poder, y que en el otro mundo los espíritus tendrían más conocimiento que nosotros, entonces la lectura invitaba a que en este mundo podamos adquirir todo el conocimiento necesario. Siempre he pensado que el conocimiento es el poder de diferenciar entre lo bueno y lo que parece serlo; el conocimiento nos ayuda a poder tomar decisiones y acciones que vayan de acorde con las sagradas revelaciones.
Cuando estaba en la misión me di cuenta que es bastante incomodo que los miembros a la hora que salen a dar su discurso tengan que estar diciendo: “haber hermano quiero que me acompañen buscando tal escritura”, personalmente es pésimo y distrae demasiado hacer aquello en pleno discurso en una sacramental, pero como misionero no podía ponerme el saco de un obispo o un presidente de estaca, mucho menos un setenta, entonces deje pasar el tiempo, ya regresando a mi casa recuerdo estando en una oportunidad en mi sacramental mi obispo menciono una carta que había llegado del área en la cual recomendaba no hacer aquello en un discurso en la sacramental, dije dentro de mí: “por fin”.

me llaman luego sigo escribiendo........