JULIA DE OTUZCO
Me sentí libre en tierra ajena
que es mejor correr donde nadie te conoce
que te conozcan y meter la “PATA en LATA”,
un frio penetrante a lo lejos de Lima
si, Lima la campechana, la vulgar, la maleante
pero aun así es la capital de mis locuras, inocencias,
mujeres, historias, decepciones y quebrantos;
…el carro me dejo más perdido de lo que imagine
Mire a todos lados:
“gente nueva, raza oriunda, burros y caballos en plena calle”
por un minuto pensé estar en la parada
que para mi seguridad, no fue así,
la mochila pesaba, las piernas agotadas, y el cuerpo
sudoroso
era la primera parada en OTUZCO,
a la entrada de aquella ciudad de la cual
había escuchado historias, leyendas, mitos
y palabras inefables,
hoy estaba en búsqueda de mi propia historia…
pase lo que pase…
total estaba lejos de Lima, de amigos, familia y recuerdos,
la vida era completamente MÍA
bohemia hasta con la sombra.
Mi primera visita a la plaza de Armas
siendo las cinco de la tarde,
en Trujillo me despidió un tremendo sol
y en Otuzco me abrazo un frio en plena lluvia
como jamás antes había visto,
sentido,
presenciado
y mojado,
no podía quedarme en pie en aquella
plaza, opte por esconderme dentro de la Iglesia
que para mi suerte estaba cerrada,
cerré los ojos y pensé morir congelado, aprisionado,
abandonado a la suerte en tierras ajenas y aquello
era lo que mas me gustaba,
la gente corría de aquí para halla
y de repente abrieron la iglesia,
me hospede sin ser invitado y al ver
que anochecía sin saber donde dormir,
tome la primera moto rumbo algún hotelucho
pregunte por uno seguro y de buena reputación
llegue a uno muy cómodo y virreinal,
“20 SOLES JOVEN” fue
lo primero que escuche,
Por un momento casi pregunto ¿que incluye?
era una señora que se veía no tenia ganas de bromear
y la verdad que yo tampoco, la lluvia era infernal,
por las calles era un rio en pleno desborde
así que entre al cuarto y deje mochila tirada,
pensé salir y conocer un poco el Hotel
ya que era uno de los mas grandes en donde me había
hospedado, me enloquecía su misticismo,
sus balcones, su oscuridad, su selva,
su magia y sus rincones se prestaban para crear nuevas
historias,
era imposible recorrer aquel lugar, la lluvia no lo
permitió,
eran las 6:00 pm y ya después de acomodar mis cosas y
revisar mi correo
pensé en comer algo, abrí la puerta y lo primero que vi
fue lluvia y mas lluvia, charcos en el piso, los niños
jugando
y los cuartos cerrados, la lluvia caía como riachuelos
de los techos de barro,
en medio de todos los cuartos había como una plazuela
con arbustos y cordeles, bastante tenebroso aquel lugar
pero aun así guardaba cierto misticismo y elocuencia,
solo veía poesía y literatura, un callejón al medio
tipo túnel para llegar hacia la otra pequeña plaza en la
parte posterior
del hotel, un espíritu andaba perdido aquel día;
salir del cuarto era imposible y ganas de escribir no tenia,
por la noche logre escaparme para poder comer algo
llegue al cuarto con la ropa empapada y eso que me había asegurado
poniéndome tres polos y una casaca,
logre tomar una moto, caminando debajo de los balcones
de las casas, pude comer en algunos ambulantes,
y por un momento pensé que aquella es mi vida:
“VIAJAR, VIAJAR Y VIAJAR”
uno de mis problemas fue que en Otuzco no hay cajero
y el dinero se me había acabado, siendo el único lugar
Trujillo que esta a las tres horas y ni para el pasaje
tenia,
después de preguntar, buscar y hacer amigos me entere
que en una ferretería hay un agente, para mi buena suerte.
Para el día siguiente el sol me daba la bienvenida después
de una
terrible noche que jamás olvidare,
necesitaba un baño de urgencia, ya que no lo había hecho por
un día,
después de buscar y buscar encontré uno de dudosa seguridad
saque toalla, jabón, cepillo, colinos y champú,
mientras el agua mas fría de mi vida caía sobre mi cuerpo
pensé por un momento estar en uno de los hoteles de Trujillo
donde el agua por lo menos es caliente, mientras me
enjabonaba
escucho una voz de mujer conversando por celular,
¡QUE! ¡DONDE ESTOY! Fue lo primero que pensé
en eso ya no era una sola voz si no eran varias voces
y todas de mujeres,
no sabía donde esconderme y paso lo peor de todo…
la puerta se cayo y todas me quedaron mirando
rieron como circo en pleno apogeo,
les di la espalda y dije: “esta ocupado”
no me había dado cuenta y era el baño de mujeres,
una de ellas indico a las demás personas que se retiraran
y me alcanzo la toalla,
después que se fueron pensé en mudarme de Hotel
pero no había cometido ningún delito
y pensé que las personas del Hotel ya me conocen
de manera integral, así que será mejor que haga amistad,
tomando desayuno en uno de las tiendas del sitio
conocí a Julia una jovencita muy simpática ella era la que
atendía
aquella tienda, se me acerco y dijo:
Julia: ¿Qué le sirvo joven?
Yo: ¿que es lo que tienes?
Julia: pan con…. Para tomar jugo de…. Caldo de….
Yo: ¿Cuál me recomiendas?
Julia: ¿depende que es lo que mas te gusta?
Yo: me gusta estar aquí
Julia: que buen sentido del humor tienes
Yo: ¿de donde eres?
Julia: de Cajamarca
Yo: ¿y como así llegaste a Otuzco?
Julia: es una historia muy larga, creo que demoraríamos todo
el día en hablar de aquello
Yo: tengo todo el día libre, estoy de vacaciones
Julia: ¿de donde eres?
Yo: de Lima “la Fea”
Julia: (sonríe) viví en Lima unos años, pero prefiero la
sierra
Yo: pienso lo mismo que tu
Julia: ¿entonces que te sirvo?
Yo: dame un caldo de cabeza de cordero panes y dos tamales
Julia: que buen apetito que tienes
Yo: y eso que recién empiezo, la verdad no pude dormir bien,
la lluvia fue terrible
Julia: es temporada, ya tienes que ir acostumbrándote
No me puedo quejar, Julia me atendió de maravillas
Suspire ante tal humildad
Me enamore
De aquella mirada
De aquella sencillez
De aquella mujer…
Por la tarde conocí algunas personas
con las cuales me cruzaba por las calles,
en cada esquina comía algo y tenia nuevas
historias que relatar, en plena lluvia parado en una esquina
sin saber donde ir, ya que aun eran las tres de la tarde,
un señor de unos 55 años que estaba parado en su puerta
me quedo mirando, como diciendo: ¿y este de donde salió?
me acerque a entablarle conversación y lo que mas quería
era estar dentro de alguna casa y comer algo
y así fue… aquella persona me hizo entrar y me invito algo
de comer,
después de conversar y conversar de temas del lugar y de los
lugares que seguían hacia la sierra, decidí ir al Hotel,
ya eran las 7 de la noche, y la lluvia no paraba,
entre corriendo, desesperado, mojado y con las piernas
adoloridas,
me quite la ropa y me tire a la cama sin importar como caiga,
en eso tocan la puerta, solo logre ponerme un polo y abrí
por la ventana,
era la Administradora del Hotel, creo que es una manera
formal de llamarla,
sonrió y dijo: “hay una persona afuera que esta preguntando
por usted”
me entraron muchas dudas ya que amigos no tenia en aquel
lugar
se me vinieron muchas ideas, pensé en lo peor y en lo mejor,
me puse un pantalón y una casaca encima, abrí la puerta que por
seguridad
hecha llave y mientras caminaba por el pasadizo observe una
silueta de mujer
alta, delgada y de cabello largo, ya estando frente a ella
me di cuenta
que era Julia la joven del pequeño restaurante, me quede
sorprendido
ya que ni me imagine en que ella me visitaría y ahora la
pregunta era:
¿que paso?
Me acerque en plena lluvia, mis manos mojadas y cuerpo
temblando,
en plena oscuridad Julia había ido a visitarme, increíble
pero cierto,
me dio un beso en la mejilla y me pregunto: ¿interrumpo?
para nada fue lo que respondí, aun veía esa tierna mirada de
inocencia
aquella humildad que transmite paz y dulzura,
la quede mirando como insinuándole que se quedará,
me miro y dijo: “creo que nos estamos mojando”
creo que quiso decir: ¿me dejas entrar?
decidí invitarla a pasar, aunque corría el riesgo que se
molestara
por hacerla entrar a mi cuarto, ya eran las 8 de la noche,
entramos abrí la puerta y estando adentro
nos salvamos de seguir mojándonos, se sentó en la única
silla que había,
abrió su bolso y saco una tarjeta: “te olvidaste tu carnet
el día que fuiste a tomar desayuno”
gracias Julia eres un angelito, muchas gracias;
aquella noche conversamos hasta las 12 de la noche,
ambos contamos nuestras historias y su llegada a Otuzco
me pude sentir tan cómodo aquel día conversando con ella,
nos hicimos buenos amigos, sonreímos mucho,
conté algunas de mis historias de mi viaje y pude
recitarle algunos poemas que había escrito,
se quedo sorprendida, pensó que los poemas que le acababa
de leer eran de algún poeta o que los había bajado de internet,
luego me dijo que ya tenia que ir a casa
el problema era como llegar, todo el lugar estaba inundado y
a esa hora no había movilidad,
pensé por un momento en decirle que se podría quedar a
dormir,
que yo dormiría en el suelo y ella en la cama pero no quería
que piense mal, mejor esperaría que ella lo propusiera,
en eso decidí acompañarla a su casa que la verdad ni sabia
como regresaría, pero no permitiría que una joven como ella
se vaya sola a altas
horas de la noche,
me puse mi casaca y le preste otra a ella
caminamos cerca de media hora y ya el cuerpo no nos daba
mas,
especialmente a mi, nos pudimos debajo de los balcones,
en la plaza de la iglesia y en cada rincón nos sentábamos a conversar
a cubrirnos de aquella insaciable lluvia, recuerdo que me quite
la casaca y se la puse encima, todo el camino fui su paraguas,
en eso una moto se acerca a nosotros y nos pregunta si
deseamos ayuda,
subimos y fuimos directo a la casa de Julia, después de
dejarla con un fuerte abrazo
y un beso, la misma moto me regreso a casa que por cierto después
le pague
de ambos viajes, llegue al cuarto como a las una de la
mañana,
me quede seco de sueño, aunque estuve pensando por varios
minutos
en nuestra conversación con Julia y en momentos
pensé verla aun sentada contándome sus experiencias
sonriendo a cada momentos, cogiéndose el cabello y tirándolo
hacia atrás.
Al día siguiente me desperté muy temprano a eso de las 8 de
la mañana
para mi es temprano, me di un baño que por cierto tuve mucho
cuidado
en leer bien antes de entrar y cerrar bien la puerta, ya estaba
todo listo
una vez mas fui a tomar desayuno y mas que todo
saludar a Julia, en eso que espero sentado a que salga, viene
una señora
y me pregunta que me serviría…
Señora: buenos días joven, ¿Qué le sirvo?
Yo: muy buenos días, pensé en ver a julia es mi amiga
Señora: ¿julia?
Yo: si una joven que trabaja aquí atendiendo
Señora: yo me llamo Julia y tengo trabajando aquí 4 años
Yo: pero… conocí a una joven que se llama Julia, justo ayer hemos
estado conversando
Señora: creo que te estas equivocando
Yo: no, no me equivoco
Señora: no se… que te puedo decir
salí del lugar, pensé en haberme equivocado de restaurante
mire la fachada y era el mismo, regrese al hotel,
hice el mismo recorrido y no me había equivocado
estaba precisamente en el lugar donde conocí a Julia,
pensé que la única persona testigo de todo aquello
era la administradora del Hotel ya que ella me había
avisado que alguien me estaba buscando y ella vio a Julia,
Yo: buenos días, ¿recuerda ayer quien vino a buscarme?
Administradora: no vino nadie joven
Yo: pero si usted ayer me toco la puerta por la noche
Administradora: claro toque su puerta por que había olvidado
Su carnet en mi oficina
Yo: ¿Qué me esta diciendo? ¿Quiere tomarme de loco? – estaba
muy airado -
Administradora: joven le estoy diciendo la verdad, no tendría
por que mentirle
Yo: no puede ser posible…
La administradora para probar todo
llamo a su hijo que siempre esta atendiendo con ella
y el también dio la misma respuesta, que nadie vino a buscarme,
me quede paralizado pensé en que me había pasado, con quien había
hablado,
quien era esa chica delgada de cabello largo y rostro tan tierno
solo me quedo la ultima opción que pensé hay descubriría toda
la verdad,
era ir a la casa de Julia, recorrí todo Otuzco, cada calle, todo
callejón,
toda chacra, toda iglesia, todo monte, de esquina en esquina,
debajo de todo balcón y nunca la encontré…
mi cuarto... en el Hotel Residencia... Otuzco